Escrito por:
León Azaña
De una patada, la joven, abre la
puerta de su casa, que no tiene tranca; “el sueño no me va a ganar”. Piensa.
Agarra tres libros de química y los lleva para su cuarto. _ ¿Hija dónde vas?_. Frida sigue avanzando y piensa “Es mi padre, debería saber que voy a estudiar, no contestare” _ ¡Hija contesta a tu padre!_ dice la madre, que sube las escaleras detrás de su hija. Y la agarra fuertemente de los cabellos. La sujeta fuertemente del pescuezo, se miran con rabia _ ¡¿Por qué diablos, no contestas a tu padre?! Desde que quedo paralitico, el pobre se desespera por saber que mierda haces_. Frida se zafa de la regordeta mano de su madre. La mira desafiante _ Se que está muy mal, por eso yo voy a estudiar, voy a ingresar a la Universidad, terminar mi carrera de medicina, titularme y ganar dinero para sanar a mi padre_. La madre mira incrédula a su hija _ Hasta que eso suceda, tu padre ya habrá muerto y, si sigues así de loca, el no morirá en paz_.
Frida transpira; gotas de sudor resbalan por su rostro, quiere responder _ ¡¿Está bien, que quieres que haga!?_. La madre mira a su hija de los pies a la cabeza, respira agitada _ Sabes, desde que a tu padre lo atropellaron, casi no tenemos que comer, la gente casi no viene para que borde o cosa sus prendas, estoy vieja, tú estás joven, tienes buen cuerpo_ voltea su rostro enrojecido para sacar de su bolsillo un periódico del día, abre la pagina en que se ofrece trabajo de prostituta y con su dedo señala la ganancia que asciende a los 500 soles por día. _ ¡¿Quieres que trabaje de puta?!_.
La madre baja la cabeza y con voz suave le dice _ Hazlo por tu padre, así no solo tendremos para comer bien; sino para pagar el tratamiento a tu padre_. Frida mueve los ojos, confundida, perdida, débil. De pronto deja caer sus libros. Su madre ingresa a su cuarto y sale rápidamente con una minifalda roja y una blusa blanca muy escotada _ Te lo compre hijita, para que vayas por el trabajito, ve póntela, quiero que cuando regreses a la casa me hayas traído el dinero suficiente como para que mañana podamos comer algo rico_. Frida patea sus libros, llora e ingresa a su cuarto, resignada a conseguir un trabajo que jamás se le cruzo por su mente.
Agarra tres libros de química y los lleva para su cuarto. _ ¿Hija dónde vas?_. Frida sigue avanzando y piensa “Es mi padre, debería saber que voy a estudiar, no contestare” _ ¡Hija contesta a tu padre!_ dice la madre, que sube las escaleras detrás de su hija. Y la agarra fuertemente de los cabellos. La sujeta fuertemente del pescuezo, se miran con rabia _ ¡¿Por qué diablos, no contestas a tu padre?! Desde que quedo paralitico, el pobre se desespera por saber que mierda haces_. Frida se zafa de la regordeta mano de su madre. La mira desafiante _ Se que está muy mal, por eso yo voy a estudiar, voy a ingresar a la Universidad, terminar mi carrera de medicina, titularme y ganar dinero para sanar a mi padre_. La madre mira incrédula a su hija _ Hasta que eso suceda, tu padre ya habrá muerto y, si sigues así de loca, el no morirá en paz_.
Frida transpira; gotas de sudor resbalan por su rostro, quiere responder _ ¡¿Está bien, que quieres que haga!?_. La madre mira a su hija de los pies a la cabeza, respira agitada _ Sabes, desde que a tu padre lo atropellaron, casi no tenemos que comer, la gente casi no viene para que borde o cosa sus prendas, estoy vieja, tú estás joven, tienes buen cuerpo_ voltea su rostro enrojecido para sacar de su bolsillo un periódico del día, abre la pagina en que se ofrece trabajo de prostituta y con su dedo señala la ganancia que asciende a los 500 soles por día. _ ¡¿Quieres que trabaje de puta?!_.
La madre baja la cabeza y con voz suave le dice _ Hazlo por tu padre, así no solo tendremos para comer bien; sino para pagar el tratamiento a tu padre_. Frida mueve los ojos, confundida, perdida, débil. De pronto deja caer sus libros. Su madre ingresa a su cuarto y sale rápidamente con una minifalda roja y una blusa blanca muy escotada _ Te lo compre hijita, para que vayas por el trabajito, ve póntela, quiero que cuando regreses a la casa me hayas traído el dinero suficiente como para que mañana podamos comer algo rico_. Frida patea sus libros, llora e ingresa a su cuarto, resignada a conseguir un trabajo que jamás se le cruzo por su mente.
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