Ella no contesta. Está en silencio. Ha desaparecido…como siempre. ¿Será un ángel,
o un demonio? ¿O quizá la suma de ambos?... ¡Un demonio angelical!, de todas
formas, desde la dimensión donde te encuentres, recibe la buena onda, vibra y
mi más grandioso optimismo.
Dolor seco y hondo ubicado en el entrecejo.
¡Quema! ¡Arde! ¡Fastidia mucho! Una amenaza imaginaria en la molleja.
Pulsaciones súbitas. Una herida no cerrada aún. Un corazón que palpita con
sobresalto. Unos ligeros y continuos mareos (aleja del mundo real). Sudoración
de manos, espalda y pecho. Ojos temblorosos, cuerpo tembloroso, vida
temblorosa. Es el Parkinsòn del amor. Es el infierno del amor. Es la maldición
del amor, QUE UNO MANIFIESTA A GRITO ÁSPERO, FRENTE AL CAÑON DE LA ESCOPETA DEL
ESPOSO ENGAÑADO. Mientras la mujer desnuda grita su inocencia y le echa la
culpa a uno. Es el Parkinsòn del amor. Es el infierno del amor. Es la maldición
del amor… (BIS).
TÚ OBSESIVA
IMAGEN ME ENCIERRA EN LA MÁS BELLA DE LAS CÁRCELES, pero cuando logre salir de
ella, juro que te haré sentir culpable de mi muerte, POR NO HABER PUESTO UNA
LLAVE EFECTIVA EN LA CELDA, DONDE CON TUS sutiles ENCANTOS ME ENCARCELAS.
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