Cerró con violencia la puerta de madera rancia. Agarro al escuálido niño del cuello con suavidad y poco a poco lo fue apretando. El niño abalanzo sus manitos a los ojos del viejo. Lo soltó. Le dio un puntapié en el tobillo derecho. El niño lloro, Trastabillo y cayó de bruces, levantando polvo de la madera que se apodero del ambiente.
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